Un ser humano en promedio recibe alrededor de 3,000 mensajes publicitarios diarios, eso sin contar una visita ocasional al supermercado o al centro comercial ya que esto dispararía la cifra hasta en un 200%.
A lo largo del día muchas marcas intentan escalar espacios dentro de nuestra mente a través de cuestiones tan simples como el aparato que te saca de tus sueños, el shampoo que utilizas, la etiqueta de tus jeans, lo que decides desayunar o el auto que conduces, mientras que nosotros como cualquier persona normal tratamos de pasar "un día tranquilo".
Afortunadamente los seres humanos contamos con diversos mecanismos de defensa que nos permiten seleccionar, minimizar o bloquear los estímulos o mensajes que recibimos y eso nos permite mantener nuestra sanidad mental a lo largo del día, a pesar de los esfuerzos de los anunciantes.
Sin embargo existe un hecho importante a considerar y que debería de ser la base de todos esfuerzos que se realizan por parte de los publicistas y anunciantes: la publicidad es más efectiva cuando uno como consumidor es o está receptivo a ella.
Es difícil describir un momento en el que estemos receptivos ya que depende de cada quien, sin embargo es mucho más fácil decirles cuando NO estoy receptivo a la publicidad y existen muchos ejemplos: cuando estoy en Hi5 y los Pop-Ups aparecen a pesar del bloqueador, cuando escucho las noticias por radio y el locutor hace una mención publicitaria o cuando estoy viendo un partido de futbol y me impiden verlo porque unos estúpidos anunciantes decidieron que contratarían el espacio durante el partido.
Y ojo, que yo trabajo en publicidad para una marca de autos alemana pero siempre he tratado de evitar la contratación de este tipo de cosas con buenos resultados hasta el momento.
Ahora bien, me gustaría profundizar en el tema de la publicidad y el futbol ya que son dos temas que me apasionan.
Primero debo decir que existen buenos ejemplos de asociaciones de marcas con el futbol como Coca-Cola y su apoyo a la selección mexicana además de la exitosa realización de los torneos amateur como la Copa Coca-Cola; o como MasterCard con Pelé y, hasta el mundial pasado, con la Copa Mundial FIFA o como marcas deportivas identificadas 100% con el futbol como Adidas, Umbro o Lotto.
Sin embargo ¿qué pasa el día de hoy por lo menos en el futbol mexicano?
Para empezar los torneos de Apertura y Clausura (que por cierto, hablando de cosas extrañas el apertura se juega de agosto a diciembre y el clausura de enero a junio), son ahora los torneos Comex, por lo que en cada partido nos tenemos que soplar al menos una vez el "Comex, el color del futbol presenta...".
Para seguir, las televisoras ávidas de hacer de las transmisiones un negocio "redituable" (cómo si el negocio de la televisión no lo fuera ya, especialmente en tiempos electorales), comercializan cualquier espacio disponible durante las transmisiones como los espacios del medio tiempo, los goles, los "rostros de la pasión" y ahora hasta la presentación de las repeticiones (cómo añoro esos lejanos tiempos en los que la repetición de diferenciaba de la transmisión porque se colocaban a manera de supers un par de erres mayúsculas en la parte superior izquierda de la pantalla).
Aparte de estos espacios, las televisoras comercializan ¿por qué no?, espacios durante la transmisión en donde interrumpen la imagen para mostrarnos las ofertas de Dodge (Chrysler y Jeep, por supuesto), de Nissan o de futbolistas diciéndonos que "hagas sandwich" sin importarles un pijo en qué momento del partido se encuentren (yo he dejado de ver goles por este tipo de estupideces).
Qué lejanos suenan aquellos días en los que Corona pasaba sus animaciones de momentos futbolísticos chistosos en una franja en la parte inferior de la pantalla tratando de no interferir con la imagen. Ahora esta es una de las opciones más utilizadas por anunciantes no tan grandes que no pueden pautar un comercial de 30" durante el corte comercial y se limitan a ensuciar la pantalla durante el partido. Y eso sin mencionar que las repetidoras locales también comercializan sus espacios por lo que la imagen de un partido transmitido por TV Azteca y visto por televisión abierta tiene un 50% más de anunciantes durante el partido.
Y ya ni hablar de los espacios en los estadios que se ven desde las transmisiones que, aunque en este caso no son invasivas, de pronto sí son un factor de distracción como las vallas electrónicas en la perifieria de las canchas en las animaciones muchas veces son visualmente muy atractivas y te distraen, aunque sea por unos segundos.
Claro, estamos lejos (aunque ya hay ejemplos cercanos como el estadio Corona del Santos), del extremo al que han llegado nuestros vecinos del norte que comercializan los nombres de sus estadios de cualquier deporte y ahora por ejemplo, en vez del estadio Robert F. Kennedy los Pieles Rojas juegan en el FedEx Field. Por suerte todavía hay gente decente en los deportes y el Yankee Stadium se sigue llamando así, aunque habrá que ver si el nuevo no cambia de nombre. Aunque en este caso yo no puedo decir mucho al respecto ya que estuvimos como marca a punto de cambiarle el nombre al Cuauhtémoc.
Y para terminar, qué tal el caso de los uniformes de los equipos del futbol mexicano. ¿Qué acaso ya está tan devaluada la imagen de algunos equipos que lo que menos peso tiene en su camiseta es su escudo? Es denigrante ver ejemplos como el de los campeones tuzos del Pachuca que tienen un total de 12 anunciantes en su uniforme (sólo igualados por los jaguares de Chiapas y los rayos del Necaxa también con 12 anunciantes cada uno). Mi pregunta en este sentido es: ¿de verdad un equipo tan ganador y exitoso como el Pachuca necesita 12 anunciantes en su uniforme o es sólo para que sus directivos puedan viajar al SuperLiga en primera clase?
Mención aparte merecen mis Chivas que desde que llegó el sr. Vergara se dedicaron a "limpiar" la piel del rebaño dejando un par de anunciantes actualmente siendo el uniforme con menos patrocinadores de todo el futbol mexicano. Un reconocimiento también para el Toluca, el Cruz Azul y el América que tienen solamente 3, 4 y 4 respectivamente en esta temporada.
La reflexión final: ¿qué tan lejos estamos de ver lo que queremos ver en el futbol, aunque ello implique poder suprimir a voluntad los comerciales antes, durante y después de un partido de futbol con un costo extra? ¿Estaríamos dispuestos a pagar ese precio? Yo por lo menos lo consideraría, especialmente si ahora con SKY tenemos que pagar para ver un partido de futbol en exclusiva y no por eso nos libramos de los fastidiosos comerciales.
La Flama Garibay
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