El día de hoy, domingo 23 de septiembre, las Chivas Rayadas del Guadalajara fueron víctimas de un robo inmenso del tamaño del estadio de la bombonera en Toluca.
El psuedo árbitro René Paul Delgadillo no sólo no aplicó de la misma manera el reglamento para los dos equipos durante el partido sino que por su falta de apreciación, su corta visión y su ligereza al sacar las tarjetas, modificó de manera irreversible el resultado de lo que parecía uno de los mejores partidos de la jornada.
El resultado de 1-0 fue justo puesto que Toluca mantuvo el control del juego durante casi todo el partido y fue el que anotó el gol, aunque Chivas falló un penal en los botines de Bravo. Sin embargo desgraciadamente las decisiones del árbitro tuvieron incidencia directa en el marcador final.
Lo peor de todo es que justo antes del inicio del juego los dos equipos hicieron un juramento para respetar el famoso Fair Play, promovido por FIFA que por cierto ninguno de los dos respetó.
Y es que cómo explicar el hecho de que el Maza Rodríguez haya sido expulsado por un reclamo (que acepto fue bastante airado), después de una amarilla cuando Paulo Da Silva (que cometió una falta similar que ni siquiera fue marcada), en la amonestación a Rosada por una falta al minuto 2 llegó y le mentó la madre al árbitro en su cara sin que éste siquiera se inmutara.
Pero eso sí, cuando a Bravo le cometen un segundo penal con un jalón que termina con una llave de lucha libre y un tacleo con rudeza innecesaria dentro del área y responde a la agresión lanzando un golpe, el pseudo silbante le saca la roja directa y la segunda amarilla a Dueñas, el agresor original. Y recordemos que por agresión, que es lo que asumo que reportará este señor en el caso de Bravo, te dan 3 partidos de castigo, mientras que por una segunda amarilla y su roja subsecuente es uno solamente, por lo que las consecuencias de la mala actuación de Delgadillo seguirán presentes durante las próximas jornadas para las Chivas.
Y aún después de eso, al minuto 88 Edgar González toma del cuello y le comete una agresiva falta a Reynoso cuando trataba de cubrir el balón para que saliera del campo. Reynoso, que sin responder a la agresión se limitó a solicitar la tarjeta roja después de ser víctima de tremenda llave por parte de González. Pero el árbitro, en el colmo de su pésima actuación, decide amonestar al jugador de Chivas y posteriormente al de Toluca en una aparente decisión "salomónica", que solamente resalta que las reglas nunca se aplicaron de la misma manera para Chivas que para Toluca.
Y que conste que esto no es por defender a mis Chivas que jugaron bastante mal, sino por señalar una injusticia de un árbitro que generalmente no tiene tantos desatinos en un mismo partido como ahora lo hizo Delgadillo.
Yo sólo deseo que por el bien del futbol se eleve el nivel del arbitraje mexicano para que en el futuro no vuelvan a ocurrir fregaderas como esta en ningún partido.
Y no digo más porque estoy muy encabronado con el Toluca y el sr. Delgadillo.
La Flama Garibay
domingo, 23 de septiembre de 2007
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